La Paz, El Alto, Cochabamba, Sucre y Potosí fueron nuestros puntos principales de parada, donde además de poder hacer gran variedad de presentaciones en calles, plazas, cafés, colegios y salas de teatro, así como talleres de magia, dramaturgia y clown, para clases en bibliotecas, en casas de la cultura, escuelas de arte y para grupos también encontramos grandes amigos, compañeros artistas, luchadores y personajes que viven día a día en pro de su labor artística, social y cultural. Con ellos compartimos clases, funciones, ideas, experiencias, emociones, momentos inigualables que se llevan como recuerdos en el espíritu.
Desde antes de entrar a Bolivia ya sabíamos que nos encontraríamos con otro mundo, y a pesar de que venimos recorriendo El Ande desde ya casi un año, aquí nos encontramos con las tradiciones y costumbres andinas en su máxima expresión que nos hicieron vivir mucho más esta cultura. A Bolivia agradecemos con el corazón permitirnos conocer más de ella cada vez, de sus luchas, de su realidad. Gracias a todos aquellos que nos acogieron en sus hogares y/o salones de ensayo, espacios que nos alimentaron profundamente y nos brindaron refugio.
Ahora nos despedimos pero con la plena convicción de que volveremos pronto, tanto a visitar a los hermanos y amigos como para conocer mucho más del oriente y el sur Boliviano aún así, "si la visa fuera ilimitada no nos alcanzaría toda la vida para llegar a cada rincón", gracias siempre por abrir un espacio para el arte y para la llegada de nuevas experiencias.
¡Hasta la próxima!
